domingo, 26 de julio de 2009

La impermanencia

Jorge Manrique

(1440-1479)


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte 5
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer, 10
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado, 15
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar 20
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos 25
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir; 30
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos 35
y los ricos.

Cultivemos Todos Flores Blancas :)


Cultivo una rosa blanca
En Junio como en Enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.


Coincido con este escritor
Es el amor y no el odio
lo que debe existir en nuestra vida.

Historia triste y romántica

Siguiendo con versos de Martí:


La niña de Guatemala

Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.

Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!

Yo soy una mujer sincera

Recordando Poemas de Martí:

Versos Sencillos

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,

Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños

De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura

Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros

De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre

Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,

Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez –en la reja,

A la entrada de la viña.—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte

Que gocé cual nunca: --cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.

Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, --es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero

Tome la joya mejor
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida

Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo

Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada

De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo

La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla, y muere.

Todo es hermoso y constante,

Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra

Con gran lujo y con gran llanto,--
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito

La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

sábado, 25 de julio de 2009

Pienso seguir escribiendo :)

Pasó mucho tiempo entre la primer entrada a este Blog y la segunda. :)
Es díficil a veces poner en palabras lo que uno tiene en la mente. Ojalá se me despierte el bichito de la escritura y vuelva a escribir pronto :)
No se si alguien leerá lo que escribo, si alguien coincida con mis pensamientos...
Pienso que igual puede ser una buena vía de descarga...

Fragmento de "Carta a un amigo" de Jorge Luis Borges

“No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y buscarlas junto a vos.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites, estaré allí.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te hacen feliz.

No juzgo las decisiones que tomás en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pedís.
No puedo impedir que te alejes de mí.
Pero si puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón,
pero puedo llorar con vos y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién sos ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como sos y ser tu amigo...

Resalto el "quererte como sos". Lo importante que es eso.
Este texto circula por internet, desconozco si realmente fue escrito por Borges.
Pero qué lindo encontrar un amigo que piense así!
Se demuestra un gran respeto hacia la otra persona. Qué importante es eso! respetar al otro. en todos lo órdenes de la vida. Eso es el amor!

Pienso que si alguien pretende "cambiarnos", pretende que pensemos o actuemos de otra forma que no es la propia. Esa persona en definitiva quiere imponer su personalidad, su forma de ser, de pensar, de actuar. Alguien que quiere anular nuestra personalidad es alguien que no merece nuestra amistad.