domingo, 26 de julio de 2009

La impermanencia

Jorge Manrique

(1440-1479)


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte 5
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer, 10
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado, 15
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar 20
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos 25
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir; 30
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos 35
y los ricos.

2 comentarios:

Sandra Luz Martorelli dijo...

Hola Lucero!Como lamento haber descubierto tus comentarios tan tarde!!Es un error mío que ahora estoy intentando solucionar.Acabo de poner en práctica tu consejo,estoy usando la moderación en entradas viejas y eso también me servirá para no perderme ningún comentario.
Tus aportes son geniales, te agradezco muchísimo tus comentarios y tus recuerdos de niñez.Acabo de publicar las rutinas del juego del elástico , que son muy similares a las que yo jugaba de niña y había olvidado.

MIL DISCULPAS!!!
UN BESO GRANDE!

Abuela Ciber dijo...

Te dejo cariños y el deseos de una buena semana junto a este pensamiento leído:

Lo admirable no es que existan las estrellas sino que el hombre haya podido dar cuenta de su existencia.
Anatole Francie

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